"Dios dispone llega el diablo y lo descompone pero
tampoco podemos dejar que el diablo se salga con la suya" Recuerdo esta frase de Juan Manuel Marquez,antes de la pelea.Como dije en mi pagina,mi preferido era Paquiao,me gusta su forma de boxear,pero me olía que Marquez ya estaba cansado de ser el segundón y que esta iba hacer la definitiva,porque si algo tiene Marquez son 2 martillos en cada puño,y en lugar de mandíbula tiene una piedra .
Jugar en Las Vegas es jugar en
casa para un mexicano. Pero esta era la cuarta y última vez. A sus 39 años,
después de esta pelea a Márquez sólo le esperaba el retiro, con suerte algún
comercial de pan de molde, y un gimnasio de segunda donde dar clases. Ahora le
aguarda la gloria.
Después de un comienzo
arrollador, la épica arrancó en el quinto 'round'. Fue un asalto brutal,
rápido, intenso y con muchos golpes entre dos lagartijas ágiles y letales en
cada disparo. Los puños sonaban como martillazos contra el cemento.
La grada
era un rugido a favor del mexicano. Y en un descuido, Pacquiao, le estampó el
guante rojo en todo el centro y le rompió el tabique. No fue el golpe del
actor, político, cantante e ídolo de masas filipino, sino el derechazo violento
del ex presidiario. Del boxeador imbatible jamás noqueado. Un golpe de campeón
del mundo que le destrozó la nariz.
Sonó el 'bang' y sin más
atenciones que un esparadrapo en el puente y unas esponjas escurridas sobre la
cabeza, Márquez volvió al ring. El punto débil era obvio. Así que desde que
sonó la campana no dejó de lanzar golpes siempre al mismo sitio; el destrozado
tabique que no dejaba de sangrar. Un golpe tras otro. Nadie en su sano juicio
volvería una y otra vez con el hueso destrozado a que le volvieran a 'madrear'
por todos los lados. Pero Márquez parecía el toro recién clavado por el picador.
Encabronado y ensangrentado. De la nariz al bucal.
El filipino repartía a diestro y
siniestro mientras preparaba la estocada final. Faltaba un segundo para el
final del sexto asalto, cuando Pacquiao se abalanzó sobre el mexicano que
esquivó el golpe, y lanzó un derechazo brutal. Implacable. 'Pac-Man' cayó como
un saco. Ni las manos.
Su rostro, sin gota de sangre,
yacía pegado al plástico con los pies flácidos "Si se pudo, si se pudo”
gritaba Las Vegas. “Maaaaaaarquez…" gritó un país entero desde Tijuana
(dónde sino) hasta Cancún. Hasta esta noche a 'Pac-Man' se le conocía con el
sobrenombre de 'Matamexicanos' después de derrotar dos veces a Marco Barrera,
dos Erik Morales y otras tres a Márquez. Una espina demasiado grande para un
país que ama el boxeo.
Pero al mexicano los suyos lo
conocen como 'dinamita' o 'el correcto'. Una combinación mortal si está bien
manejada. Y este es el caso. Juan Manuel Márquez, no tiene nada que ver con un
decadente púgil que enfrentaba su última pelea antes de la retirada. De él se
dice que es el perfecto profesional. Y que se entrenó a conciencia durante casi
cinco meses para la pelea. Es Rocky Balboa corriendo por la nieve para ganar a
Rusia.
"Lo que nadie esperaba
sucedió, pero el que siembra recoge", comentó el nuevo campeón tras el
combate de su vida. "Al abrazarnos le dije (a Pacquiao) que era un gran
boxeador. No he olvidado que me mandó a la lona cuatro veces en los tres
combates anteriores" dijo junto a otra leyenda, Julio César Chávez.
"Dedico esta victoria al nuevo presidente de México", añadió ante las
cámaras de todo el país con el cinturón cruzándole el pecho.
Termina una semana en la que el
PRI volvió al poder y otra vez un boxeador mexicano está en lo más alto del
mundo. Muchos se acostaron con la sensación de que las cosas volvían a ser como
siempre.
'La pelea que deseaba y
necesitaba ganar'
"Sabía que Manny podía
dejarme fuera de combate en cualquier momento", admitió Márquez después de
la pelea. "Lo que sucedió es que lancé el golpe perfecto, que no fue sólo
producto de la suerte sino de haberlo entrenado y trabajado durante mucho
tiempo".
Tan perfecto y demoledor resultó
el impacto que dejó durante más de dos minutos inmovilizado boca abajo a uno de
los grandes boxeadores de la historia, congresista por Filipinas y una
auténtica estrella mundial, el hombre que desde 2004 había generado las mayores
decepciones profesionales.
Márquez, campeón del mundo en
cuatro divisiones de pesos diferentes, explicó que al margen de trabajar el
golpe de derecha también desarrolló una gran labor en otros aspectos de su
boxeo. "El cambio de ritmo era muy importante porque sabíamos que iba a
salir agresivo, así que nuestro boxeo debía ser más técnico, y eso fue lo que
trabajé", valoró.
¿Habrá
quinta pelea? Márquez "Ahora sólo quiero descansar, recuperarme de todo el
esfuerzo realizado, y disfrutar de la pelea que siempre soñé que quería,
deseaba y necesitaba ganar", concluyó.
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