QUE ES LA IMPOTENCIA SEXUAL
La impotencia sexual se define como la incapacidad reiterada o continua (durante un periodo de al menos tres meses) para lograr y mantener una erección suficiente que permita completar una relación sexual satisfactoria.
Se ha denominado tradicionalmente comoimpotencia sexual a la incapacidad de realizar el acto sexual por no alcanzar o mantener la suficiente erección del pene para introducirlo o mantenerlo introducido en la vagina de la mujer durante el tiempo normal del coito.
Por lo que la impotencia sexual consiste en la incapacidad de conseguir o mantener la erección más del 20 por ciento del tiempo. La impotencia sexual afecta a millones de hombres.
Aunque se solía creer que la impotencia sexual se debía a problemas psicológicos, en la actualidad se sabe que del 80 al 90 por ciento de los casos de impotencia sexual son causados por problemas físicos, por lo general relacionados con el suministro de sangre al pene.
Ha habido muchos adelantos tanto en el diagnostico de la impotencia sexual, como en el tratamiento de la impotencia sexual.
La impotencia sexual no es algo nuevo en los textos médicos o en la experiencia humana. Sin embargo, no ha sido tratada fácil o abiertamente. Nuestras expectativas culturales de la sexualidad masculina han obligado a muchos hombres a que se abstengan de buscar ayuda para un trastorno que puede, en la mayoría de los casos, beneficiarse con un buen tratamiento médico.
Quizás un primer buen paso es pensar en el problema como "disfunción erectil" en vez de impotencia sexual, un término que viene del latín que significa la pérdida del poder; sin duda este suceso físico, generalmente temporal y normal, no debe ser descripto exclusivamente con una palabra que falsamente indica una amplia disminución en las capacidades generales de un hombre.
En el estado fláccido o no erecto del pene normal, las arterias pequeñas que conducen al pene se contraen, reduciendo la entrada de sangre. Los músculos lisos de los muchos vasos sanguíneos diminutos dentro del pene son también contraídos y la sangre que contienen se fuga fuera del alrededor del tejido esponjoso. Cuando un hombre se despierta, el sistema nervioso central estimula los nervios para relajar los músculos lisos, dejando a la sangre fluir en los tejidos peneales. Las cámaras esponjosas casi se duplican en diámetro debido al aumento del flujo sanguíneo y los vasos, ahora estrujados casi completamente cerrados por el alrededor del tejido erectil, no tienen ninguna fuga de sangre.
El disturbio o daño a uno o varios de los tres mecanismos responsables de la erección pueden producir la impotencia sexual: el bloqueo de las arterias; una incapacidad de los vasos sanguíneos dentro del pene para almacenar la sangre; o daño a los nervios del pene o al área pelviana. Otras disfunciones fisiológicas, como niveles deficientes de la hormona masculina, testosterona, también pueden ser responsables de la impotencia sexual.
Dos trastornos que con frecuencia son discutidos en asociación con la impotencia sexual son la enfermedad de Peyronie y el Priapismo.
Se ha denominado tradicionalmente comoimpotencia sexual a la incapacidad de realizar el acto sexual por no alcanzar o mantener la suficiente erección del pene para introducirlo o mantenerlo introducido en la vagina de la mujer durante el tiempo normal del coito.
Por lo que la impotencia sexual consiste en la incapacidad de conseguir o mantener la erección más del 20 por ciento del tiempo. La impotencia sexual afecta a millones de hombres.
Aunque se solía creer que la impotencia sexual se debía a problemas psicológicos, en la actualidad se sabe que del 80 al 90 por ciento de los casos de impotencia sexual son causados por problemas físicos, por lo general relacionados con el suministro de sangre al pene.
Ha habido muchos adelantos tanto en el diagnostico de la impotencia sexual, como en el tratamiento de la impotencia sexual.
La impotencia sexual no es algo nuevo en los textos médicos o en la experiencia humana. Sin embargo, no ha sido tratada fácil o abiertamente. Nuestras expectativas culturales de la sexualidad masculina han obligado a muchos hombres a que se abstengan de buscar ayuda para un trastorno que puede, en la mayoría de los casos, beneficiarse con un buen tratamiento médico.
Quizás un primer buen paso es pensar en el problema como "disfunción erectil" en vez de impotencia sexual, un término que viene del latín que significa la pérdida del poder; sin duda este suceso físico, generalmente temporal y normal, no debe ser descripto exclusivamente con una palabra que falsamente indica una amplia disminución en las capacidades generales de un hombre.
En el estado fláccido o no erecto del pene normal, las arterias pequeñas que conducen al pene se contraen, reduciendo la entrada de sangre. Los músculos lisos de los muchos vasos sanguíneos diminutos dentro del pene son también contraídos y la sangre que contienen se fuga fuera del alrededor del tejido esponjoso. Cuando un hombre se despierta, el sistema nervioso central estimula los nervios para relajar los músculos lisos, dejando a la sangre fluir en los tejidos peneales. Las cámaras esponjosas casi se duplican en diámetro debido al aumento del flujo sanguíneo y los vasos, ahora estrujados casi completamente cerrados por el alrededor del tejido erectil, no tienen ninguna fuga de sangre.
El disturbio o daño a uno o varios de los tres mecanismos responsables de la erección pueden producir la impotencia sexual: el bloqueo de las arterias; una incapacidad de los vasos sanguíneos dentro del pene para almacenar la sangre; o daño a los nervios del pene o al área pelviana. Otras disfunciones fisiológicas, como niveles deficientes de la hormona masculina, testosterona, también pueden ser responsables de la impotencia sexual.
Dos trastornos que con frecuencia son discutidos en asociación con la impotencia sexual son la enfermedad de Peyronie y el Priapismo.
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